CRÍTICA | INSIDIOUS. LA PUERTA ROJA. Fantasmas freudianos

Estreno en cines (España): 20 de julio de 2023

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Ty Simpkins en Insidious: La Puerta Roja.
Ty Simpkins en Insidious: La Puerta Roja.

En 2010, Insidious abrió una nueva puerta dentro de la filmografía de James Wan. Si bien el cineasta y su socio Leigh Whannell venían ya de títulos de género como Saw y Silencio desde el Mal, la apuesta por un planteamiento clásico del terror que supusieron tanto esta película como Expediente Warren terminaron de situar a estos dos cineastas como dos voces fundamentales para el horror en el siglo XXI. Las historias de fantasmas siempre han tenido una serie de patrones comunes que los dos socios supieron adaptar a los nuevos tiempos con una mirada a los clásicos del género.

LAS BASES DEL TERROR

Mientras que Expediente Warren tenía como apoyo la figura de Ed y Lorraine Warren, dos investigadores de fenómenos paranormales ampliamente conocidos en Estados Unidos y con algunos casos que tuvieron amplio predicamento en los medios de comunicación, en Insidious partieron de una idea original donde la herencia familiar jugaba un papel macabro. En nuestra opinión, las dos entregas de Insidious quedaban por debajo de las dos películas de Expediente Warren que también dirigiría James Wan; sin embargo, ambas franquicias afrontarían un mismo destino. Una vez Wan se desligó de la dirección y pasó a ejercer meramente de productor, con su atención más puesta en otros proyectos, el nivel de las sucesivas secuelas fue muy inferior.

VOLVIENDO A LOS ORÍGENES

Si bien la tercera y cuarta entregas de Insidious se había centrado más en casos previos de la médium Elise Rainier (interpretada por Lin Shaye) y sus ayudantes, por lo que actuaban más como precuela, ahora Insidious: La Puerta Roja retoma la trama principal, la que tenía que ver con la familia Lambert, y nos narra la situación de la familia diez años después del final de la segunda parte, con la que guarda un estrecho lazo. Aquellos acontecimientos, borrados de la memoria de Josh (Patrick Wilson) y Dalton Lambert (Ty Simpkins), han convertido a la familia en un núcleo roto y desestructurado. De pronto los recuerdos empiezan a resurgir, trayendo consigo de nuevo a aquellos fantasmas que habían quedado atrapados en el “Más Allá”.

Insidious: La Puerta Roja
Insidious: La Puerta Roja

PECADOS DEL PADRE

Ya en las dos primeras entregas se había establecido que el origen del mal es un legado heredado de padres a hijos, de Josh a Dalton, permitiéndoles hacer viajes astrales con los que visitar una dimensión paralela en la que habitan todo tipo de espíritus torturados, bajo el dominio del aterrador Demonio Rojo.

En esta tercera entrega de la trama Lambert, el papel de las apariciones y el conflicto principal (el distanciamiento de padre e hijo, sin tener ellos muy clara las razones de esa desafección) adquieren un papel freudiano, donde las apariciones, más que en entregas anteriores, lejos de ser amenazas realmente aterradoras se convierten en metáforas de ese hostilidad paterno-filial, donde ambos protagonistas van a tener que hacer una introspección en su psique para desbloquear aquello que se interpone en su relación y en su propio desarrollo personal.

Esto aporta a esta entrega su componente más llamativo, aunque también hace que la propia película se aleje del formato de “cine de sustos” (sin prescindir de ellos) que quizás es el que va buscando principalmente el público que vaya a la sala.

Patrick Wilson dirige Insidious: La Puerta Roja.
Patrick Wilson dirige Insidious: La Puerta Roja.

TODO QUEDA EN FAMILIA

De la misma manera que la trama guarda lazos con las dos primeras entregas, y siguiendo el estilo marcado, jugando incluso a integrar escenas pretéritas dentro del nuevo metraje haciendo dialogar la nueva película con sus predecesoras, también nos encontramos con muchos lazos familiares dentro de la realización del nuevo capítulo.

No sólo regresa el reparto principal, sino que el guion vuelve a estar firmado por Leigh Whannell (aquí en compañía de Scott Teems, guionista de otras dos producciones recientes de Blumhouse, Halloween Kills y Ojos de Fuego) y la dirección recae en el propio Patrick Wilson quien debuta así tras la cámara, sin olvidarnos del compositor Joseph Bishara, quien no sólo vuelve a componer la partitura musical, sino que regresa una vez más como la encarnación del Demonio Rojo.

Todo esto aporta una sensación de continuidad y de coherencia con lo anterior que beneficia a la película, especialmente a la hora de cruzar su trama con secuencias preexistentes.

EL DEMONIO DE LAS PEQUEÑAS COSAS

Lamentablemente, pese a que sí podemos encontrar en la cinta una mejora con respecto a las dos precuelas protagonizadas por Elise Rainier, esta quinta entrega sigue quedando lejos de los méritos de las dos primeras películas, cuando aún James Wan se encargaba de la dirección.

La cinta vuelve a caer en algunas de las deficiencias de sus predecesoras, como personajes secundarios de escaso calado y con una incordiaste querencia por intentar aportar humor fuera de tono a la cinta, además de una trama tramposa que requiere de modificar los ya preestablecido para poder seguir avanzando.

Pese a lo ambicioso de su propuesta, la cinta evita profundizar en las lecturas más interesantes y controvertidas y coge el camino más sencillo y anodino, aunque, afortunadamente, sin caer en un encadenamiento gratuito de sobresaltos. La puesta en escena de Wilson es funcional y elegante, pero se echa de menos la habilidad de Wan para crear una mayor atmósfera y tensión narrativas.

CERRANDO LA PUERTA

En definitiva, Insidious: La Puerta Roja se salda como la tercera mejor entrega de la franquicia, muy superior a la tercera y cuarta parte, pero a larga distancia de las dos primeras. Como película independiente, es una cinta de terror simple y eficaz, correctamente realizada, con actores competentes y que entretendrá a quien vaya buscando una cinta de terror sin grandes ambiciones. Eso sí, ya con ella damos por más que clausurada la franquicia. No hay necesidad de volver a abrir la puerta.

Insidious: La Puerta Roja
Insidious: La Puerta Roja