Crítica: “EL PASAJERO”. Con la muerte en los vagones

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¿Quién le iba a decir a Liam Neeson que su carrera iba a vivir una segunda juventud como héroe de acción? Ahí no todo ha sido responsabilidad de la saga Venganza producida por Luc Besson.

También la alianza del actor con el cineasta Jaume Collet-Serra ha sido de lo más prolífica y satisfactoria. El Pasajero es su cuarta colaboración en siete años y sigue manteniendo la misma frescura y sentido lúdico de las anteriores. Al igual que éstas, la cinta no se complica la vida con un argumento complejo, sino que prefiere partir de una premisa sencilla con la que dar paso rápidamente al suspense y la acción.

El Pasajero es un thriller puro y duro, de influencia hitchcoriana, sin necesidad de dobles lecturas y cuyo principal interés se centra en dos pilares básicos: la contundente y estimulante puesta en escena de Collet-Serra y el carisma irrefrenable de Neeson. Con un ritmo a prueba de bomba y una inteligente construcción del suspense, la película no se resiente por lo previsible de su guion o lo estereotipado de sus personajes. Todo forma parte de un mecanismo bien engrasado, que se permite algunas virguerías narrativas y visuales muy disfrutables.

El punto más flojo lo encontramos en la que debía haber sido la secuencia más espectacular de la película, demasiado aparatosa para el exiguo presupuesto de la cinta y donde además se fuerza en exceso la suspensión de incredulidad del espectador. Una vez superado este momento, la película reconduce la narración y cierra de manera acorde a lo que se espera de ella.

El Pasajero cumple así con lo que promete y lo hace con nota. No les aportará nada que no hayan visto antes, pero les hará pasar un magnífico rato de cine en la sala.

Cartel EL PASAJERO (THE COMMUTER)