Crítica: «MINDSCAPE»

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Género: Thriller, Ciencia Ficción
País: Estados Unidos
Año: 2013
Duración: 95 mins.
Fecha de estreno en España: 31 de octubre de 2013

Dirección – Jorge Dorado | Guión – Guy Holmes, Martha Holmes | Producción – Jaume Collet-Serra, Mercedes Gamero, Peter Safran, Juan Sola | Montaje – Jaime Valdueza | Fotografía – Óscar Faura | Música – Lucas Vidal

Reparto – Taissa Farmiga (Anna), Mark Strong (John), Brian Cox, Indira Varma (Judith), Noah Taylor (Peter Lundgren), Saskia Reeves (Michelle Green), Clare Calbraith (Jaime), Richard Dillane (Robert Green), Jessica Barden (Mousey), Alberto Ammann (Tom Ortega)

Con la experiencia reciente del resultado que da poner actores de proyección internacional al servicio de los magníficos fabricantes de cine que hay en España (y hablamos, claro está, de Lo Imposible de Bayona) está demostrado que se consiguen productos de indudable calidad, como lo es Mindscape, el primer largometraje de Jorge Dorado.

Pero cuidado, el hecho de que sea el primer largometraje de Dorado, no es óbice para que hablemos de un magnífico realizador que, habiendo bebido de las mieles del talento del mayor genio cinematográfico contemporáneo que hay en España, que no es otro que Almodóvar.

Así, el director tira de oficio sin correr riesgos para firmar una película correcta apoyada sobre todo en las magníficas actuaciones de sus protagonistas, comenzando por Mark Strong, soberbio en su papel de detective de los recuerdos que termina por devorar incluso las potentes pinceladas que aporta Brian Cox a la cinta.

Con un argumento lineal, sencillo de seguir, Mindscape nos habla de un futuro cercano, o tal vez un presente alternativo, donde la empresa que da título a la película es contratada para llevar a cabo prospecciones en los recuerdos de los demás con múltiples finalidades.

John, el ya mencionado Strong, vuelve a la empresa después de una larga convalecencia tras sufrir una enfermedad cardíaca. El protagonista, condicionado por sus traumas, se encuentra demasiado afectado como para comenzar su trabajo a pleno rendimiento, con lo que acepta un caso que en principio pudiera parecer menor y que consiste en detectar la causa de la anorexia de Anna, una adolescente interpretada por Taissa Farmiga, la hermana en la vida real de Vera Farmiga. John se irá involucrando cada vez más en la mete de Anna, conforme va descubriendo la trama conductora de la película.

Mindscape tiene la virtud de mantener el pulso de la película a lo largo de prácticamente todo el metraje, y es que comienza con una intensidad que es capaz de dosificar hasta llegar al desenlace, un desenlace que, a pesar de contar con tan magníficos cimientos, resulta un tanto caótico y confuso a la par que impredecible lo que mancha el producto final.

Sin llegar a ser una cinta fallida, se pierde así la oportunidad de rematar la faena, lo que deja en el espectador un sabor de boca agridulce que, conforme madure la película se asentará sobre sus virtudes y que harán que la película se rescate a sí misma.