
Sam Neill, flamante ganador del Gran Premio Honorífico del 52º Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, mantiene “un contacto especial con el género y cuenta con una trayectoria importante en su carrera profesional respecto a ese cine que nos gusta y amamos que es el fantástico”, expuso el director del certamen, Ángel Sala, en la presentación del actor a los medios de comunicación en rueda de prensa.
El intérprete neozelandés, popular por su papel protagonista en Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993) o La caza del Octubre Rojo (John McTiernan, 1990), cuenta con otros títulos de género tan relevantes como En la boca del miedo (John Carpenter, 1994), La Profecía 3: El final de Damien (Graham Baker, 1981) o La posesión (Andrzej Zulawski, 1981), proyectada en el marco del Festival de Sitges en homenaje a Neill. Su larga trayectoria se inició en el año 1977 con Perros de presa, de Roger Donaldson, y ya acumula más de 75 largometrajes y más de 45 producciones para la televisión. Otros títulos imprescindibles de su filmografía son El piano (Jane Campion, 1993), El hombre bicentenario (Chris Columbus, 1999) o las series Peaky Blinders, Alcatraz o Los Tudor.
El artista comentó que hoy en día se está haciendo “muy buen material, pero puede llegar a ser agotador de tanta producción disponible”. “Algunas de las mejores producciones se están haciendo para televisión, y por otro lado, el dinero para producciones de cine se está destinando principalmente a películas de superhéroes”, añadió. “Gracias al CGI puedes hacer todo lo que quieras, destruir ciudades, explotar planetas… y conseguir grandes audiencias, aunque no termino de entender esos argumentos”, explicó. Pese a todo, y entre risas, aseguró: “Desde luego, no me importaría ser un superhéroe”.
Del mismo modo, expresó que es estupendo que existan sitios como Sitges “porque permiten que películas más pequeñas, con presupuestos modestos, puedan tener una repercusión enorme”. “La noche pasada pude compartir un rato interesante con directores de distintos lugares como Uruguay, Japón o Marruecos, cuyas propuestas pueden ser mucho más rompedoras y originales que las que llegan al circuito mainstream”, reflexionó Neill.
Sobre su experiencia a las órdenes de directores tan distintos como Carpenter o Spielberg, explicó “George Miller, creador de Mad Max, es la persona más encantadora que conozco, Carpenter es también muy dulce y humilde, y Spielberg también es encantador, pese a ser uno de los pesos pesados de Hollywood”. “Creo que tienes que conservar un punto de inocencia para entender y trabajar el terror”, aportó. Asimismo, indicó que estos días en Sitges había hablado con un realizador marroquí de terror (probablemente Talal Selhami, director de la película Achoura, que logró una Mención Especial del Jurado del certamen) y se dio cuenta de que “cuanto más extrema es la película, más encantadora es la persona que está detrás”.
Sobre su participación en la nueva entrega de la franquicia Jurassic Park, Jurassic World 3, anunciada hace pocas semanas, el actor expresó que está “muy feliz de volver a trabajar con mis amigos Laura Dern y Jeff Goldblum en este nuevo universo, nuevo para nosotros”, y bromeó “no puedo contar nada de la historia porque alguien de Universal podría aparecer y dispararme”.
Colin Trevorrow, director del filme que llegará a los cines el 11 de junio de 2021, presentó en la Gala de Clausura del Festival de Sitges el cortometraje Battle at Big Rock, que el público asistente pudo disfrutar en la gigantesca pantalla del Auditorio del Hotel Meliá, sede principal del encuentro. La historia de esta película corta tiene lugar un año después de los acontecimientos que conocimos a través de Jurassic World: El reino caído (2018), entrega dirigida por J. A. Bayona.
Para terminar, Sam Neill comentó que es el primer premio que recibe a su trayectoria y que aunque no siente que sea el final de su carrera, se siente muy feliz y honrado de recibir el galardón en Sitges. “Mi trabajo aún no está terminado. Algún día haré la interpretación perfecta”, aseguró y recibió un caluroso aplauso de todos los presentes.