Colosal Sherlock de la BBC, imperial Khan de Star Trek, brujo carismático de Marvel capaz de emerger de su propia tumba y voz tenebrosa del enorme Smaug en la trilogía de El Hobbit de Peter Jackson, el actor británico Benedict Cumberbatch exuda pasión y carisma por cada uno de sus poros.
Nada más empezar la segunda semana del Festival de Sitges 2025, la llegada de Cumberbatch ha atraído todas las miradas en la jornada de presentación de Esa cosa con alas, el encomiable debut del también británico Dylan Southern, que adapta una de las novelas más aclamadas de los últimos años, escrita por Max Porter.
Quien no ha tenido pájaros en la cabeza
En el encounter híbrido celebrado esta tarde con la presencia de actor y director ante un público mitad fan mitad periodista, el aclamado actor de The Imitation Game ha compartido su intenso proceso para conectar con el duelo y la redención en un drama psicológico de dimensión metafórica donde encarna a un padre de familia que ha perdido repentinamente a su esposa y trata de mantener el equilibrio en su casa, donde vive con dos hijos pequeños, interpretados por los hermanos Richard Boxall y Henry Boxall. El problema es que el dolor que siente el padre es tan fuerte, tan intenso, que un siniestro cuervo se acaba infiltrando en la casa donde viven.
Con esta metáfora sobre el tránsito del duelo, el director ha expresado la importancia de que el elemento monstruoso no estuviera generado por ordenador, sino que fuera tangible, construido por distintos talentos profesionales”. Esto, según ha añadido Cumberbatch, permitía “una mayor interacción en rodaje”. Aunque la apariencia gigantesca del cuervo “planteaba una gran dificultad” para conectar con la tristeza ante un ser querido, también abría la posibilidad de dialogar en escena de una forma más física que abstracta.
Asimismo, Cumberbatch ha contado lo importante que es para él “formar parte de un proyecto desde el inicio, porque se pueden ver todos los procesos antes de su estreno”, ya sea “una obra de teatro, una producción de Hollywood o una ficción sonora”, además de su faceta como productor con vocación de impulsar nuevos talentos en la industria cinematográfica.”
Por su parte, Dylan Southern, un director al que conviene seguir la pista en el terreno del cine fantástico, ha compartido que, diez años atrás, leyó la novela de Porter en la que se inspira la película y quedó marcado por la forma en que “aborda el duelo de una forma tan directa y honesta, evitando el sentimentalismo” sin renunciar a la violencia e incluso a la fealdad para contar “una historia llena de caos y rabia al servicio de la verdad”. Southern, incluso, ha revelado que la lectura del libro “desbloqueó emociones profundas” sobre la pérdida de dos amigos que sufrió tiempo atrás.
A veces, la literatura y el cine poseen la fuerza para exorcizar recuerdos. Esa cosa con alas expresa esa pulsión. Su pase en Sitges, después de la entrega del Premio Màquina del Temps a un pletórico Cumberbatch, ha resultado reparador para más de un espectador, que ha encontrado en su trama y su poderoso despliegue visual una forma terapéutica de cine fantástico.
Tráiler de Esa cosa con alas
El próximo 31 de octubre llega a los cines Esa cosa con alas (The Thing with Feathers) de la mano de Avalon Films.













