Es muy posible que la historia universal abordada por Jack Finney en The Body Snatchers termine encontrando un nuevo acomodo, una nueva “cepa cinematográfica o televisiva”, un nuevo ecosistema audiovisual, en definitiva, que propicie una nueva lectura universal de cierto impacto.

Conclusiones

Tal vez algunos parámetros del denominado mundo Woke y sus distintas variaciones, efectos y significados, sean determinados como fuente de inspiración. No podemos olvidar que es una terminología que ha variado de significado. Durante los años 60 del siglo XX se erigió en expresión a modo de alerta entre la comunidad afroamericana ante la injusticia social.

Entrado el nuevo milenio, con la deriva del movimiento Black Lives Matter la expresión se utiliza para catalogar a quienes pretenden la reescritura de la historia estadounidense, o el derribo de estatuas post colombinas que representan la conquista de América, y, en general, como baluarte en la defensa de los derechos de igualdad de género, derechos LGTBI y otras formas de “justicia social” que justificarían ciertas políticas de cancelación para quien no es “políticamente correcto” o no abraza la oficializada visión de los diferentes aspectos de la vida. El término se utiliza igualmente para calificar a aquellos que pretenden una unidad de pensamiento sobre los temas, asuntos e inquietudes que atenazan a las sociedades. En una sociedad polarizada como la nuestra, el resbaladizo término, en definitiva, se utiliza indistintamente para descalificar a quien piensa diferente. La demagogia terminológica y la desinformación puede erigirse perfectamente en uno de los grandes padecimientos de nuestra sociedad.

La proliferación de las denominadas “culturas de la cancelación” aparecidas bien entrado el siglo XXI, podrían servir igualmente de caldo de cultivo de paradojas para nuevas invasiones del espacio exterior. El surgimiento del #MeToo (esa invitación pública para las víctimas de acoso sexual a denunciar a sus agresores públicamente, a partir del hashtag creado en 2006 por la activista Tarana Burke), podría ser un apropiado caldo de cultivo. Su relevancia es notoria a partir del caso Harvey Weinstein, que cristalizó judicialmente en 2020. Sobre el caso planea una sombra de nulidad de actuaciones, debido a unas acusaciones inexactas desde el punto de vista jurídico, sin perjuicio de algunas evidencias, que parecen contrastadas.

Líderes autoritarios y nuevo orden global

O quizá sean aún más propicios para una nueva versión de los ladrones de cuerpos, estos tiempos de candidatos a dictadores, paradigmas de la regresión de unos derechos que parecían consolidados, como advertía Robert De Niro en su discurso en la 78ª edición del Festival de Cannes. Los tiempos de Donald Trump, Vladimir Putin y Benjamín Netanyahu, que lideran determinados países con vetustas, egoístas y obsoletas mentalidades, más propias del siglo XX. Maneras de gobernar basadas en abusivas supremacías y en la intolerancia esgrimida de ciertos estados. También en ignorar los postulados del Derecho Internacional, construido entre todas las sociedades y estados democráticos a partir de la segunda guerra mundial, rescribiéndolo en términos claramente regresivos. En medio de este ecosistema actual, de un vetusto orden global basado nuevamente en la “ley del más fuerte”, quizá se encuentre ya en la mente de algún guionista los planes para una nueva adaptación de la prosa de Finney.

En definitiva, y a modo de conclusión, en opinión de este cronista, La invasión de los ultracuerpos, dirigida en 1978 por Philip Kaufman, permanece imbatible como el faro que nos guía en las tinieblas de la compleja historia de la humanidad. Tenemos que remontarnos a 1978 para poder apreciar una adaptación plenamente satisfactoria de aquella novela de Jack Finney que vio la luz por vez primera en formato de entregas periódicas publicadas en Colliers Magazine en 1954. Hay que acudir a la novela, y, al menos, a la versión de 1978 cada cierto tiempo, aunque solo sea a modo de reafirmación personal y, en cierto modo, si ello es posible, a modo de catarsis colectiva.

Manuel García de Mesa y Veronica Cartwright, en el Festival Isla Calavera 2025.
Manuel García de Mesa y Veronica Cartwright, en el Festival Isla Calavera 2025.

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LAS VAINAS DEL ESPACIO QUE INVADIERON SAN FRANCISCO EN 1978. EL FARO QUE AÚN NOS GUÍA EN 2025

1. IDEAS INTRODUCTORIAS. UNA CONVERSACIÓN CON VERONICA CARTWRIGHT SOBRE EL FILME DE 1978

2. DIFERENTES MIRADAS Y PARÁBOLAS. DIFERENTES REFLEJOS EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD. LAS VERSIONES DE DON SIEGEL Y ABEL FERRARA

3. LAS CONNOTACIONES HISTÓRICO-SOCIOLÓGICAS QUE HABITAN EN LA INVASIÓN DE LOS ULTRACUERPOS EN 1978

4. UN CASTING DE ENSUEÑO REUNIDO EN 1978

5. INVASIÓN EN 2007. UNA IRREGULAR CUARTA INVASIÓN POST 11-S Y PRE-PANDEMIA DE 2020

6. FUTURIBLES INVASIONES. DE 2007 EN ADELANTE. CONCLUSIONES