La figura del Conde Drácula no cesa de fascinar a creadores y audiencias. El monstruo ideado por Bram Stoker en 1897 continúa siendo un manantial inagotable de inspiración, capaz de regenerarse, adaptándose a los miedos, sensibilidades y lenguajes expresivos de nuestro tiempo. Desde la novela epistolar que revolucionó la literatura de terror hasta las pantallas contemporáneas, pasando por los escenarios teatrales más audaces, el vampiro de Rumanía se reinventa perpetuamente, demostrando que algunos arquetipos trascienden el tiempo para convertirse en mitos vivos.
Del clásico gótico al escenario contemporáneo
Mientras la versión cinematográfica del aclamado cineasta francés Luc Besson (El Quinto elemento) de la novela de Stoker sigue proyectándose en las salas españolas, en el West End londinense se prepara otro acontecimiento extraordinario en la vida perpetua de Drácula. Cynthia Erivo, la actriz ganadora de premios Emmy, Tony y Grammy y tres veces nominada al Óscar, también actualmente en cartelera protagonizando la secuela de Wicked, volverá a los escenarios en 2026 con una adaptación radicalmente distinta del mismo material literario.
A diferencia del reciente acercamiento cinematográfico tradicional de Besson, la producción teatral de Kip Williams presenta un formato híbrido y revolucionario denominado «cine-teatro». En esta adaptación, que se representará en el Teatro Noël Coward de Londres desde el 4 de febrero hasta el 31 de mayo, Cynthia Erivo interpretará los 23 personajes que habitan la novela de Stoker. Esto incluye al Conde Drácula, Jonathan Harker, Mina Murray, Lucy Westenra, el Profesor Van Helsing y Renfield, entre otros.
Mitología en mutación
La obra combina teatro en vivo, video pregrabado y actuación en directo para crear una experiencia inmersiva sin precedentes. Se trata de una empresa artística de proporciones épicas que representa una exploración completamente distinta del mismo universo narrativo. Así, mientras Besson ha optado por la lujuria visual, la composición cinemática y la amplitud de un elenco encabezado por Caleb Landry Jones, Christoph Walz y Zoë Bleu, la versión teatral de Kip Williams y Cynthia Erivo abraza el minimalismo, la capacidad transformadora del cuerpo y la voz de una actriz, y la intimidad radical de una conexión en vivo entre intérprete y público.
Erivo fue contactada para participar durante la gira promocional de la primera parte de Wicked, y antes de comprometerse formalmente con el proyecto, la actriz llevó a cabo una exhaustiva investigación visionando la versión original de la Sydney Theatre Company, donde la actriz australiana Zahra Newman había realizado la proeza interpretativa de encarnar los múltiples roles también bajo la dirección de Williams.
Con Drácula, Kip Williams completa su ambiciosa trilogía gótica de adaptaciones teatrales de clásicos de la literatura de terror, junto a El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson, y El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde, con su ingenioso juego de espejos y proyecciones y la magistral interpretación de Sarah Snook, que pudo presenciar en vivo Erivo en Broadway.
El equipo creativo que rodea la producción de Drácula incluye al compositor Clemence Williams, quien ha creado una canción original que Cynthia Erivo interpretará hacia el final de la obra, reforzando el impacto emocional del clímax narrativo. Aunque la producción no es un musical en sentido convencional, la banda sonora que acompaña la experiencia teatral presenta una mezcla ecléctica de música clásica, contemporánea y clubera, creando un contrapunto sonoro que potencia la ruptura temporal y estética de la adaptación.
Un clásico que nunca envejece
La persistencia del vampiro de Transilvania en la cultura contemporánea sugiere que Drácula es, en última instancia, un personaje inmortal que continúa alimentándose del imaginario colectivo, regenerándose con cada nuevo creador que lo reclama, transformándose, pero nunca desapareciendo realmente.











