En 2011, Charlie Brooker creó la serie Black Mirror en torno a tramas futuristas sobre el uso de la tecnología y la forma en que ésta puede afectar nuestra forma de relacionarnos o de estructurar nuestra sociedad. La serie adquirió gran popularidad por lo extremo de estas historias y su visión pesimista del futuro. Lo peor que le puede suceder a un distopista es que sus previsiones más oscuras queden superadas por la propia realidad y eso es lo que le ha pasado Charlie Brooker en 2020.
De repente, todas sus conspiranoias pasaron a ser agua de borrajas frente a lo que nos tenía deparado en destino en este annus horribilis. No es de extrañar, por lo tanto, que haya querido aplicar el formato de la serie a la realidad experimentada.
A la mierda el 2020 (Death to 2020) se adscribe al formato del falso documental, en tanto en cuanto, las personalidades entrevistadas son ficticias e interpretadas por actores reconocidos y reconocibles en su gran mayoría; sin embargo, el material de archivo empleado es real y los acontecimientos enumerados sucedieron verdaderamente en 2020. Aglutinado todo junto y resumido en un metraje de una hora resulta aún más aterrador y la sensación de estar ante algo ficticio se incrementaría si no lo hubiésemos experimentado en nuestras carnes.
La película cuenta con un tono humorístico sarcástico, repleto de dardos envenenados especialmente a la gestión de la política estadounidense y la británica, y que aboga por la risa cómplice y agridulce del espectador.
Como tal, es un trabajo ingenioso, divertido, pero que, bajo la ligereza de su formato, nos permite hacer un vistazo general al que ha sido uno de los periodos más oscuros vividos por la generación actual.