Ultraviolencia y música clásica ambientada en un futuro distópico bajo las órdenes de Stanley Kubrick. Así se podrían retratar, en una sola línea, las bondades y pecados de La naranja mecánica (A Clockwork Orange), un auténtico film “de culto” que fue estrenado en 1971, calificada entonces como X, dejando tras de sí una huella imborrable por su naturaleza irreverente además de un ramillete de personajes y situaciones que se clavaron en lo más profundo de la cultura popular.
La película está escrita por el propio Kubrick (que fue nominado al Premio Oscar en las categorías de mejor largometraje, mejor director y mejor guion adaptado) a partir de la novela homónima de Anthony Burgess publicada en 1962 y cuyo mensaje fue primeramente llevado al cine bajo el título de Vinyl (1965), una interpretación libre comandada por el artista norteamericano Andrew Warhola (Andy Warhol). A los cines españoles llegaría la de Kubrick diez años más tarde.
¿Puede un ser humano cambiar su comportamiento con el debido tratamiento? ‘La naranja mecánica’ expone la historia de Alex DeLarge, líder de una banda criminal que se someterá a una serie de procesos experimentales para enmendar sus impulsos violentos en el intento de hacer posible su reinserción en la sociedad. El rol principal fue interpretado por Malcolm McDowell, un personaje icónico que le valió una nominación al Globo de Oro. Al actor inglés, cuya carrera ha sido impresionantemente prolífica, se le colgó de forma prematura la etiqueta de interpretar papeles “inquietantes”, si bien en su filmografía se podría también destacar el papel del Doctor Samuel Loomis para la versión de Halloween dirigida por Rob Zombie en 2007 o, nuestro favorito, el del célebre escritor H. G. Wells persiguiendo a Jack el Destripador en Los pasajeros del tiempo (Nicholas Meyer, 1979). Para La naranja mecánica Kubrick llevó al límite al actor, quien se fracturó una costilla durante una escena y sufrió daños en la córnea del ojo cuando rodaban la aplicación del tratamiento de Ludovico, entre otras calamidades.
Sirva como curiosidad la participación en La naranja mecánica de David Prowse, el fornido intérprete que se puso la mítica máscara de Darth Vader en la trilogía galáctica que George Lucas inició en 1977.
La producción costó 2 millones de dólares y recaudó más de 40 millones, mientras que las ventas de la música de Beethoven, cuya Novena Sinfonía forma parte de la banda sonora del film y tiene un papel fundamental en la trama, se dispararon.
La Asociación Charlas de Cine recupera este título en Multicines Tenerife (C.C. Alcampo) el próximo viernes 11 de mayo, a las 20:30 horas, con la proyección en versión original con subtítulos de un nuevo máster digital para disfrutar a lo grande de una de las películas más aclamadas del director de Espartaco, 2001: Una odisea del espacio o El Resplandor. Una sesión perfecta que contará tras el visionado con un coloquio que pondrá a prueba a los ponentes de Charlas de Cine en sus conclusiones y ante las preguntas del público asistente.
Este evento especial está organizado por Charlas de Cine, Multicines Tenerife, Aula de Cine de la Universidad de La Laguna y la publicación especializada Tumbaabierta.com.