Guillermo del Toro reescribe el Fantástico con mayúscula

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Guillermo del Toro, en rueda de prensa en el Festival de Sitges. | Foto: Daniel Fumero
Guillermo del Toro, en rueda de prensa en el Festival de Sitges. | Foto: Daniel Fumero

El Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya arrancó el pasado jueves con la presencia estelar de Guillermo del Toro como padrino del 50º aniversario del evento. El Festival abrió con la última película del cineasta mexicano, La Forma del agua, una maravillosa fábula que como todo cuento de hadas lindaba con el género de terror. Hasta cuatro pases se programaron del largometraje.

En palabras de Ángel Sala, director del Festival: “Se trata de una película que utiliza el lenguaje que se habla en Sitges, puramente fantástico; y para nosotros es muy importante que haya ganado en Venecia una película de género”. “Ya era hora”, aseveró.

En rueda de prensa, Guillermo del Toro devolvió a Sala los halagos recordando: “Para mí Sitges era un festival mítico ya antes de venir por primera vez en el año 1993 con Cronos, cuando logró los premios a la Mejor Película, Mejor Guion y Mejor Actor para Federico Luppi. “Sitges es una excepción vital que se tiene que arropar siempre. Ha sido fundamental para mi carrera, pero es que además la percepción europea del género es muy diferente de la que hay en América. Hay una gran vocación de autor y muy particularmente en el terror de producción catalana que tiene un vínculo muy importante con el festival, pues aquí había un hervidero del que surgieron J.A. Bayona, Jaume Balagueró, DDT…”.

En cuanto a su nueva película, explicó: “Cuando vi con 6 años ‘La Mujer y el monstruo’ me paralicé con la escena en la que la criatura nada bajo Julie Adams. Y pensé que sería hermoso que acabaran juntos”. “He querido hacer una película que sirva de ungüento a la época actual, que hable de la diferencia entre el amor y el miedo”, añadió.

Guillermo del Toro, en rueda de prensa en el Festival de Sitges. | Foto: Daniel Fumero
Guillermo del Toro, en rueda de prensa en el Festival de Sitges. | Foto: Daniel Fumero

Su cine tiene una particular marca de la casa que se debe a que lo que le interesa del género es “la poesía, la mecánica de un cuento de hadas que utiliza la estética del horror que hemos podido ver en La Mujer y el monstruo, King Kong cuando lo vimos subido al Empire State o Nosferatu en el dintel de la puerta. Toda esa poesía oscura que hay en el cine de horror es lo que me atrae del género, no los elementos efectistas”.

Otra de las claves de su película es el reparto, sobre todo la actriz Sally Hawkins en la piel de una joven muda con un pasado terrible que se enamora de una criatura acuática que vive encerrada en un laboratorio a merced de oscuros intereses gubernamentales. “Escribí la historia para sus protagonistas. Vi a Sally en la miniserie de televisión Fingersmith, y también me sorprendió en Submarine, donde tenía un papel secundario. Cuando vi a su agente le dije ‘le estoy escribiendo un papel’. No quería que esta historia de ‘La Bella y la Bestia’ fuera con una princesa Disney, una princesa idealizada. También fue así con los personajes de Michael Shannon, Richard Jenkins y Octavia Spencer, los escribí para ellos”, comentó Guillermo del Toro.

En lo que se refiere al monstruo, detalló: “en realidad quise hacer una criatura muy alejada de Abe Sapien (de la película Hellboy), que es muy cómic, no es naturalista. Para ‘La Forma del agua’ necesitábamos que fuera a la vez un hombre, un animal y un dios. Tardamos tres años en desarrollar la criatura y el resultado es un 95% completamente físico y un 5% de aumento digital”.

Preguntado por su proyecto largamente acariciado adaptación de la novela de H.P. Lovecraft En las montañas de la locura, descubrió: “Era muy costoso hacer ese mundo antártico tan enorme, aunque me encantaría hacerla. Ahora estoy en pláticas para una antología de terror con tres historias de Lovecraft”.

La película de Guillermo Del Toro ha logrado en Sitges todos los aplausos de crítica y audiencia. También los profesionales y todos sus aficionados han disfrutado con su presencia en el festival, en el que el cineasta ha vuelto a demostrar su cercanía y su amor por la didáctica del cine, participando en diversas presentaciones y clases magistrales en foros siempre rebosantes de público.