La novena edición del Isla Calavera Festival De Cine Fantástico de Canarias Ciudad de La Laguna ha acogido este año una notable muestra de cine con aroma español. En la sección oficial a competición podemos encontrar cortometrajes patrios como De Madrid al Cielo (2025) de Pablo Pérez o The Call (2025) de Kiko Prada (todo un homenaje al suspense del escritor Stephen King). También podemos ver a lo largo del festival, filmes atractivos que plantean debates, como Singular (España, 2025) de Alberto Gastesi, Silencio (España, 2025) de Eduardo Casanova, o Luger (España, 2025) de Bruno Martín. La oferta de la programación de la 9ª edición abarcó igualmente clásicos como Arrebato (España, 1979) de Iván Zulueta o La Endemoniada (España, 1975) de Amando de Ossorio.
En esa inercia se abrieron paso dos impecables thrillers que sacudieron las carteleras de nuestro país hace unos quince años. Los guionistas y realizadores Daniel Monzón y Rodrigo Cortés, acompañaron a sus filmes más emblemáticos: Celda 211 (España, 2009) y Buried (España, España, Francia, Reino Unido, EE. UU., 2010).

Un día con Malamadre: Celda 211
Celda 211 constituyó todo un éxito de público, así como el reconocimiento internacional para Monzón. Es un espléndido thriller que narra cómo un motín en una prisión de alta seguridad liderado por Malamadre (Luis Tosar) complica la existencia de Juan Oliver (un debutante Alberto Ammann) un funcionario de prisiones al que no le tocaba incorporarse hasta el día siguiente.
Filmado con un profundo sentido del encuadre y del in crescendo narrativo, converge un minucioso guion escrito entre Monzón y Jorge Guerricaechevarría (su guionista predilecto) con unas interpretaciones en estado de gracia. Tosar y Ammann son “escoltados” por Antonio Resines, Carlos Bardem, Marta Etura y un incipiente Luis Zahera, destinado a “comerse” la pantalla.
El pase del filme en el festival fue presentado por el propio Monzón, destacando el trabajo de preparación de Tosar con un peligroso convicto de una prisión española, que prefirió permanecer en el anonimato. Celda 211 fue estrenada en el Festival de cine de Venecia y de allí viajó al Toronto Film Festival. En la ciudad canadiense, Monzón pudo ver al final del pase como cineastas del calibre de Tim Burton y Brian de Palma se sumaron a la ovación que arrancó del público.
Sobre el recorrido de su película, Monzón reflexionó en el festival, compartiendo lo siguiente: “Uno siempre busca llegar, con las películas que hace, a la gente, y de pronto, que sepas fehacientemente que una película tuya es casi un clásico en el cine español, pues es un orgullo tremendo ¿no? Alguno se puede pasar toda la vida tratando de conseguir algo así, y yo, de la forma más inesperada, lo conseguí”.

Enterrado en Irak: Buried
Buried constituye por su parte toda una clase magistral de cine. Un desafío técnico de cómo condensar en apenas 93 minutos y en el único y asfixiante escenario de una caja de madera, bajo tierra, una historia trepidante de suspense, cargada de ritmo y de sentido de la tragedia. Ryan Reynolds es Pat Conroy, un camionero que trabaja en Irak como conductor civil transportando mercancía. Cuando comienza el filme, Conroy se despierta, horrorizado, en total oscuridad. Al encender su mechero Zippo, comprueba que está sepultado en un ataúd de madera. Tiene una Blackberry con poca batería, un poco de agua y una linterna fluorescente. Poco tiempo y pocos recursos para tratar de averiguar qué ha pasado y porqué está en esa escalofriante situación.
Sobre el reconocimiento de su filme quince años después, Cortés dijo lo siguiente en el entorno del Festival: “Uno se siente casi sorprendido al recordarse en el momento en que estaba haciendo algo que no sabía donde iba a llegar, y si habría gente al otro lado, y si tendría sentido, y si se convertiría en una pequeña película ‘de nicho’ para Avoriaz, Fantasporto o Sitges, o llegaría a alguna parte, y ver en lo que se ha convertido quince años después, te devuelve esa imagen y te hace recordar que nadie sabe nada y que la vida está llena de milagros”.
Cineastas con algunos puntos en común
Daniel Monzón es cinéfilo antes que cineasta. Fue crítico de cine en el programa de Radiotelevisión Española Días de Cine y de la revista Fotogramas. Rodrigo Cortés, además de realizador y guionista, es escritor de éxito. Firmó en un encuentro con él, en el seno de la programación del Isla Calavera, algunos ejemplares de sus novelas. Monzón comentó en la presentación de su película que está montando su nuevo trabajo para la pantalla, así como que en breve comenzará el rodaje de una nueva. Cortés, por su parte, está en estos momentos volcado y muy comprometido con el proceso literario. Trabaja en una nueva novela que no tardará en ver la luz.
Ambos realizadores tuvieron su específico encuentro con el público después del visionado de sus respectivos filmes. Ambos demostraron que entusiasmo, colaboración, simpatía y humildad en modo alguno están reñidos con el talento y la destreza en la expresión narrativa y visual.
Hablamos, en definitiva, de dos miradas muy personales, dos filmmakers nacidos, en definitiva, para hacer cine. Ambos lograron el éxito con dos filmes considerados clásicos con el transcurso del tiempo, fortaleciendo sus respectivas leyendas. Ambos artistas recibieron su respectivo Premio de Honor en la gala de apertura de la 9ª edición del Isla Calavera.











