Juegos de gestión granjeril 3: Graveyard Keeper

[Korvec]

Otro de los juegos que me llamaron la atención por steam durante mi búsqueda del sucesor espiritual del Harvest Moon, fue el Graveyard Keeper, que definían como una versión macarra, mórbida y llena de mala leche del Stardew Valley ambientado en lo que parecía una edad media pasada de rosca. Tras adquirirlo y jugarlo durante algún tiempo, debo decir que aunque en efecto a grandes rasgos bebe mucho del Stardew Valley, la experiencia de juego es bastante distinta.

Para empezar su punto de partida me recordó a la película "Que difícil es ser dios". El protagonista es un joven de nuestros días que sale del supermercado para reunirse en casa con "su amorcito", que sufre un accidente. Se encuentra con un tipo raro (con un ojo rojo) que da a entender que no estás muerto y que puedes tener una posibilidad de volver a casa... siendo "un buen guardían del cementerio".

Por suerte, este juego también está traducido al castellano de forma excelente, ya que sería una pena perderse algunos de los descacharrantes diálogos, ya que tras aparecer en una pequeña casita al lado del cementerio, descubriremos a Gerry, una calavera parlante con amnesia y aficionada a las bebidas alcohólicas que nos dará algunos consejos de cara a hacernos cargo de los cadáveres que allí llegan en la carretilla de un burro parlante de ideología de izquierdas. La sensación general que tendremos, es la de haber aterrizado en un auténtico manicomio.

Si en los juegos anteriores, la cantidad de actividades que podiamos llevar a cabo era grande, aquí directamente se les ha ido de las manos (autopsias, plantar vegetales, alquimia, comercio, construcción, dar sermones...) y la cantidad de recursos a recolectar directamente apabullante: flores de diversos colores, setas, cenizas, sal, marmol, piedra, arena, arcilla, madera... que podremos a su vez transformar en otros recursos con los que crear otras cosas: fragua, imprenta, mesas de reanimación, yunkes... una auténtica locura que nos obligará a organizar muy bien el espacio.

Aquí nuestra tarea principal es hacernos cargo del cementerio, enterrar cadáveres y gestionar su estado, aparte de dar sermones en la iglesia todos los domingos (la fe es otro recurso recolectable). A partir de ese punto, no tardaremos en descubrir una posible vía de escape para regresar a nuestra vida... pero para ello deberemos hacernos con seis objetos que se encuentran en propiedad de seis personajes que no estarán dispuestos a entregárnoslos así como así... lo que nos obligará desde a ganarnos la confianza de un inquisidor obsesionado con quemar brujas, de una artista famosa, de un tipo turbio que parece querer invocar a algo muy chungo y oscuro o incluso a un astrólogo.

En conjunto, es un juego muy distinto al Stardew Valley. Aquí muchos personajes son meros comparsas y salvo los más importantes, el resto son meros figurantes. Otro inconveniente, es la dificultad para vender recursos. Con el tiempo acumularemos o seremos capaces de fabricar desde libros a viales... pero nos costará encontrar a quien o donde venderlo. A cambio lo compensa con su descacharrante sentido del humor y aunque parece ser que incluso podremos levantar a los muertos para ponerlos a trabajar para nosotros (yo no he descubierto como lograrlo) la cantidad de tareas a realizar puede convertirse en un poco agobiante, ya que algunos personajes solo aparecerán un único día de la semana en un lugar en concreto. Muchas veces podemos lograr dinero u objetivos con acciones poco morales (como lograr aceite a base de extraer grasa de los cadáveres en lugar de mediante semillas, vender hamburguesas en las quemas de brujas (y en el pueblo no hay carnicero...)

Sin duda merece la pena que le demos una oportunidad y ha sido uno de los juegos que más estoy disfrutando, pero conviene tomárselo con calma sin agobiarse, porque los primeros compases pueden ser duros y agobiantes a medida que vamos desbloqueando tecnologías y descubriendo como funcionan las cosas en ese tétrico mundo.