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Parece que a Chloë Grace Moretz le gusta pasarlo mal en sus últimas pelis. Tras los remakes de Carrie y Suspiria y la agobiante Greta, sigue en el terror, esta vez con un componente bélico al ambientarse en la Segunda Guerra Mundial. En esta ocasión interpreta a una capitana a bordo de un B-17, prácticamente una fortaleza aérea, que está a cargo del transporte de una misteriosa bolsa negra mientras cruza el espacio aéreo japonés. Entre sus problemas se encuentra el machismo de sus compañeros, el acoso del enemigo y una presencia maligna que se ha colado en el avión. El guión está escrito por el hijo de John Landis, Max (Dirk Gently: Agencia de investigaciones holísticas, Bright) y será dirigida por la debutante Roseanne Liang.

Pues la verdad, y por mucho que me guste como mujer y actriz, que no la veo en el papel... ¿Una capitana de bombardero, a su edad, en la segunda guerra mundial? Como que no me cuadra... Pero bueno, a lo mejor de paso pretende ser una distopía... En fin, dará igual si la película es buena. Ya veremos.

¿Cómo que no? ¡¿En qué época vives, retrogado misogino?! Hoy en día todos sabemos que había dioses nórdicos negros y supermodelos en minifaldas repartiendo estopas a nazis. ¡Claro que es posible!

No, si posible lo es todo en la realidad alternativa de algunas películas de Hollywood en las que no hubo segregación racial ni nada que se le pareciese, y en realidad y como ya he dicho me la pelará si la peli mola... Pero choca de primeras. Esto me recuerda a algunos episodios de Star Trek Deep Space Nine (que gran serie que solo hoy día empieza a ser valorada en su justa medida) que tocaba el tema del racismo y lo que le tocaba los cojones al Capitan Sisko le representación que las HoloSuites hacían de La Vegas de los años 50 ignorando la segregación racial de la época, y como le decían que esto al final era entretenimiento y evasión, y una representación de, no como las cosas fueron, si no de como pudieron, y debieron haber sido... Pero aun se era (todavía más) muy gilipollas por aquel entonces. O simplemente la gilipollez salia por otros lados, a veces al echar un ojo al mundo en que vivimos no lo tengo muy claro.

Pues la acabo de terminar de ver y me ha parecido un desparrame absolutamente inverosímil hasta niveles preternaturales que en una sesión golfa festivalera no hubiera tenido precio, y que me ha gustado muy por encima de mis más locas expectativas (la cuales admito, estaban por los suelos) aunque quizá le sobre la ultima vuelta de tuerca y más que pisoteo, meada en la boca de la suspensión de incredulidad. Aun así, una serie B, más que deudora de The Twilight Zone que no lo oculta lo más mínimo si no que lo enarbola con un absoluto orgullo freakie (de lo más apropiado por cierto para el día de ayer), tan ridícula como divertida que no se porque ha sido tan vapuleada, porque en muchísimo peores plazas hemos toreao y ya quisieran muchas, que se va directa a mi panteón personal (o alijo oculto, quizá seria más apropiado decir) de placeres no-tan-culpables.

Apuntada, pues.