El Anciano y la Muerte (taller de escritura???)

[Pumpkin]

[Darth Xer0]

«Entonces existe. El Destino no es una invención de místicos fatalistas. Somos meras marionetas orgánicas dominadas durante toda la vida, abnegadas en el hilo prefijado de la existencia. Ello quita todo sentido a la vida»

El muchacho miraba al viejo como un niño observa un fósil petrificado hace eones. Se le hacía gracioso ver a alguien tan viejo, porque era natural que el senil estuviera allí. En cambio, las paradojas existenciales habían querido que ese muchacho de ojos inertes fuera asesinado, y nada menos que por la demencia de su padre. En cierta medida, era injusto.

? ¿Y qué es lo que se hace aquí? ? preguntó el viejo, previendo una aburrida respuesta.
? Nada. Sólo esperar y penar? ? contestó el muchacho, con un dejo amplio y acabado de resignación, que se diluyó en el aire y lo infectó de desesperanza.
? Pero, ¿Sólo así? ¿Desperdician su tiempo de tal inútil manera?
? Perderíamos el tiempo si existiera tal dimensión física. Aquí no hay tiempo. Y además, este estadio no es para hacer lo que no se ha hecho en la vida.
El viejo observaba al chico: hablaba como si tuviera mucha experiencia en los menesteres divinos, una suerte de filósofo de la muerte. Se le figuró como el nieto que nunca tuvo. Qué bello habría sido tener un nieto?
? ¿Y eso? ? dijo el viejo, observando una columna oscura que se erguía verticalmente a lo lejos (de repente, las paredes de deshicieron), y giraba sin cesar, un vórtice terrible y atronadoramente tenebroso.
? Es el Vortex Peccatorum, un río vertical de almas impuras que traga a los pecadores y los arroja la Infierno. Se halla en el centro de los Campos Eliseos.
? No veo ninguno que vaya hacia el cielo ? observó el anciano.
? Eso es porque usted sólo puede ver el pecado, el lado malo. Seguramente en vida fue muy pesimista.
El viejo no lo negó. Siempre detectaba las cosas malas, el vaso medio vacío. Le dio vergüenza admitirlo, y se quedó callado. El Vortex lo asustaba y lo fascinaba.
? Usted no irá allí. No se preocupe ? dijo el joven.
? ¿Cómo lo sabes?
? ¿Acaso no detecta su aura? Es trasparente: ello indica que si bien su vida fue inactiva y neutral, tampoco ha incurrido en pecados mortales. Cuando usted vea un sujeto con aura blanca, ése va al cielo. Si el aura es negra, va al infierno.
El viejo suprimió todo tipo de miedos espirituales y se quedó observando el Vortex que seguía una trayectoria espiralaza hacia la negrura abismal de los aposentos diabólicos.

[Pumpkin]

[Darth Xer0]

[Darth Xer0]

¿Y quien sigue?

[Pumpkin]

[Darth Xer0]

Como un tirabuzón imposible y desgarrador, el Vortex lastimaba las entrañas de los Campos Eliseos, percutía en el suelo despiadadamente, y cada golpe era el sonido de un alma pecadora que iba a parar a los pútridos intestinos del Infierno. Hasta se podía sentir el pulso de aquel artefacto de castigo. Si uno ponía cierta atención, era capaz de captar los sutiles latidos rítmicos y acompasados del Vortex. Ese era precisamente el único y remoto vestigio de vida en un lugar en el que es todo es muerte.
El anciano le había tomado cierto cariño al lívido joven: no sabía el porqué, pero había ínfimos detalles en el modesto muchacho que le provocaban algo muy parecido a un sentimiento. Justamente a él; que jamás había amado, jamás había querido, jamás había sentido el tibio contacto de una piel que no fuera la propia. Conceptos como remordimiento, pena, pobreza espiritual y depresión se encastraban unos a otros en las cognitivas corrientes de su ahora etéreo cerebro, como perfectas piezas de un rompecabezas, que ya armado, formaba la imagen de la angustia, oscura dama que impulsa a la nada. Tiempo le había sobrado, pero no supo como utilizarlo, más que en sus negocios turbios y corruptos. En vida, esas sensaciones no le habrían importado. Pero ahora, allí en medio de esa escena apocalíptica y bestial, se arrepintió de todo: el dinero no sirve en estadios mortuorios.

? Muéstrame el lugar, chico ? dijo el viejo al muchacho, cuyos ojos muertos brillaron por primera vez en mucho tiempo. Nadie nunca había intentado establecer una comunicación con él.

? Pero de ello se encarga el Mortis Magister, el sujeto que lo recibió. No creo estar autorizado para?? no quiso terminar la frase.

? Vamos. Tú pareces conocer perfectamente el lugar. Además, el otro no me caía demasiado bien.

? Bueno? yo no sé si deba? ? la voz del chico vibraba como una cuerda mal templada.

? Por favor. Tengo que conocer todo para poder tomar la decisión más importante de mi vida.

? O de su muerte ? bromeó el jovencillo.

? ¿Vas a hacerlo?

? De acuerdo. Pero si nos reprenden, todo ha sido su culpa ¿Verdad? ? sentenció el chico, mirando a su interlocutor.

? No te preocupes. Asumiré todo el riesgo. A ti nadie de castigará. ? dijo el anciano, y su voz, tersa y envolvente, cubrió las expectativas temerosas del chico.

? Bueno, creo que nuestro recorrido debe empezar por el lugar más importante del Limbo: el Magister Thronos, la oficina mística que regula la administración de este sitio.

Ambos sujetos caminaron en una dirección tan desconocida como arbitraria, hacia el presunto lugar donde se maquinaban todas las situaciones imaginables relacionadas con esa situación tan temida: la muerte.

[Darth Xer0]

El anciano caminaba con pesadez, como si su tiempo funebre fuera una eterna escena en cámara lenta en la que todo transcurría lentamente, cuadro por cuadro. El muchacho tenía algo más de vivacidad, si es que ese término puede emplearse para alguien que se halla perfectamente muerto a causa de un brusco golpe en la nuca, en la articulación vital que dota de movimientos al cráneo. Sin embargo, ese taciturno joven era mucho más feliz dentro de su espera límbica que lo que habían sido esos machucados dieciséis años junto a su padre. En el Limbo era libre, podía hacer (siempre respetando ciertas normas divinas) lo que le venía en gana. Había aprendido mucho en sus pacientes años en esa sala de espera mortuoria, tanto que podía desafiar al propio Mortis Magister. Éste no era más que un demonio de baja alcurnia dado al pernicioso vicio de la licorosa ambrosía, que brotaba infinitamente como el maná de Moisés, de una gran fuente circular, rodeada por diversas figuras demoníacas. De allí bebían los de aura oscura, porque para los de aura blanca existía un fuente exactamente idéntica, pero sin los pétreos custodios monstruosos. Los reemplazaban toda una serie de querubines y arcángeles. Esas fuentes se hallaban emplazadas justo en frente de la monumental construcción a la que el viejo y el muchacho habían arribado. En la fachada se vislumbraban enormes letras góticas talladas en la desconocida materia que otorgaba sostén a tan enorme lugar:

MAGISTER THRONOS
Mortis Imperator

? Solemne y perturbador ? dijo el anciano, que de arquitectura sabía poco y nada.

? Si. Es una construcción monstruosa, pero bella. Es netamente estilo gótico. Fíjese en la entrada: estructura ojival de arco quebrado. Observe la cuidada distribución de los arbotantes y el precioso triforio que corona todo el emplazamiento.

? ¿Cómo conocen el estilo gótico?

? ¡Ay! ¡Por favor! Todo lo que existe en su mundo ha existido primero aquí. Si no ¿Para que serviría el Destino?

El viejo se quedó callado. No podía rebatir los argumentos del muchacho. Tenía muchos saberes dentro de su maltratado cráneo como para que él, un iniciado, le discutiera.

? ¿Y bien? ¿Desea entrar? Debo advertirle que por dentro, todo el lugar es sumamente confuso y disparatado. Es un laberinto absurdo en el que las almas se pierden y terminan desamparadas.

? Pues yo estoy convencido de que tú hallarás la salida en caso de perdernos.

? Me tiene demasiada confianza.

? Bueno, después de todo, no tengo más nadie en quien confiar.

[Darth Xer0]

¿¿Y esto cómo sigue??

[Pumpkin]

Si me animo esta semana lo continúo, promised

[Darth Xer0]

[Celephais]

...