Agnosia

[Evil_Konan]

Una de las tantas maldiciones que tiene el cine patrio a la hora de hacer una película de época, o de un marco histórico que exija mucha elaboración o ya una del género fantástico con una más que considerable trabajo de producción a sus espaldas, es el guión. Si un guión no funciona para atrapar al público ya pueden ser los actores todo lo guapos o geniales sean o pueden el director de fotografía demostrar todo su talento o el director ser todo lo meticuloso que quiera o que el montador sea lo más avispado posible que no salvarán la película a la que provoque un bostezo durante el primer tercio del metraje. Un mal guión puede (y ha hecho ya incontables veces) tirar por la borda lo que debió ser una gran película… por ejemplo, Alatriste. Que debió ser la mayor película española y pasó a ser uno de los mayores chascos de nuestro cine (Y eso que contaban con todo lujo de producción, actores, vestuarios, escenarios…) por culpa de un guión de mierda en que si no te has leído toda la colección de libros no te enteras de nada. Y cuando me encuentro con casos como estos me pregunto si estos “artistas” consideran al público imbécil, capaz de entretenerse con cualquier cosa. Y no, el público no tiene agnosia, sabe lo que está bien, sabe lo que es entretenido, lo que es interesante o lo que acaba por culturizarlo un poquito más. Al público no se le engaña con facilidad aunque a veces cueste creerlo.




Pues bien el guión de Agnosia se lo debemos de agradecer a Antonio Trashorras, habitual crítico de la revista Fotogramas, un veterano de la televisión con guiones para series como El Comisario y Los Serranos, el telefilm Jugar a Matar y que en el cine formó parte del brillante guión (y lo digo sin sarcasmo alguno) de El Espinazo del Diablo, junto con Guillermo del Toro. Con Agnosia creo que ha tenido que enfrentarse a dos problemas principales, una que no supo a donde encaminar la historia y otro que no ha sabido enganchar al espectador o no pensó en ello. La idea original debió ser una historia de amor entre la heredera de una empresa que padece de agnosia y un buscavidas contratado por una empresa rival para hacerse pasar por su futuro marido aprovechando su enfermedad para sonsacar la fórmula de una lente. De modo que se añade una especie thriller de espionaje industrial de fondo, todo ello situada en la Barcelona del siglo XIX.





Pues bien como historia de amor, no ha sabido transmitir al espectador las emociones o las pasiones que debieron tener los protagonistas. Félix Gómez y Bárbara Goenaga hacen lo que pueden por ser medianamente salvables en sus pápeles, especialmente él, que llega a eclipsar a un Eduardo Noriega cuyo personaje pudo haber sido más interesante debido a sus oscuros matices en el improbable triángulo amoroso de la película pero que al final no aporta nada. Pero los diálogos y la sucesión de situaciones que hacen difícil entrar en el juego de la trama y el tedio que da un ritmo narrativo tan estancado no hace posible transmitir los sentimientos que se busca dar. Todo se resume a los tópicos que pueden darse en una película romántico al nivel de las noveluchas rosas que se venden como rosquillas, culebrones los telefilms románticos para que las mujeres pasen amenos los fines de semana. Con esquema compuesto más o menos de Chico conoce Chica, Chica se enamora de Chico, Chico decepciona a Chica, Chico consigue que Chica se reconcilie con Chico. Encuentro, pasión, altibajo en la relación y final con Viva el Amor. Para acabar contando eso, no hizo falta tanto rollo que si espionaje, que si conspiración, que si crisálidas extrañas, que si agnosias etc.





Los demás elementos de la trama al final o no se ha sabido desarrollar o solo han estado ahí como telón de fondo. Pues si bien a cualquiera le parecería interesante una trama de suspense sobre espionaje industrial en el marco histórico mencionado, donde trata también una extraña enfermedad sensorial que padece la heredera de una empresa que tiene en secreto una fórmula para unas lentes para armamento de gran precisión, y que para sonsacar el secreto se hace un gran montaje al estilo Gran Hermano donde ella no se entera de donde está ni quien es quien. En fin, la cosa promete cuanto menos, ser entretenida y más o menos original. Pero ni llega a ser ese interesante trhiller de suspense y espionaje por culpa de enfatizar una pastelosa historia de amor que aburre hasta las piedras ni la historia de amor llega a expresar nada por las subtramas que la rodean. Con lo cual el espectador no sabe a que acogerse, no ve nada definido en la película y no vale la excusa de “Hemos querido dar una película extraña” como ha ocurrido con “Ingrid” pues directores como David Lynch han hecho películas muchísimo más extrañas que estas y si han sabido dar suspense o transmitir emociones y pasiones. Ni siquiera ayuda en eso la banda sonora que llega a molestar en los “momentos pasionales” de la misma forma que molesta los subidones de volumen que suelen poner en los sustos de las películas de terror.



Da la sensación de lo que dije al principio. Que parece que los responsables nos quieren engañar, si bien Eugenio Mira ha sabido dar con una buena puesta en escena, no ha sabido crear un ritmo narrativo que evite que bostecemos en el primer tercio de la película. No ha sabido ver que el guión carece de garra, de clímax, de ritmo o interés y aún así nos la ha querido colar como una extraña historia de amor en medio de una intriga de suspense con conspiraciones empresariales, en un marco de época y con escenas que ya rayan el género fantástico o ciencia ficción (la parte de la crisálida) pero me pregunto si de verdad se ha sentado a verla y le gustó lo que vio por qué me parece a mí que a la mayoría de los mortales les pareció un tostón de película. Me parece genial que quiera jugar a ser David Lynch pero eso conlleva a muchos riesgos que ha llevado a muchos directores al ridículo. Y si bien, me gusta el trabajo que ha debido ser tras las cámaras cuidando al máximo el detalle de cada fotograma en su apartado visual…por favor, búscate un guión decente.



Una vez pasamos página a este mal trago. Y lo dejamos en que el guionista, sin ser malo, debió limar muchas asperezas del guión antes de haberse atrevido a que lo pasaran a la pantalla. Cabe destacar el gran trabajo del director de fotografía Unax Mendía, todo un veterano profesional en su campo con películas como Mortadelo y Filemón, Isi Disi, Torrente 3, En la Ciudad sin Limites y otras tantas que visualmente agradan y dan la sensación de ver una película muy currada independientemente de que la historia guste o no. Contar con este hombre es ya garantía de un buen acabado visual… lastima que en muchos aspectos, los demás elementos del film no estuvieran a la altura.



En fin, parece que para disfrutar de Agnosia, debemos de padecer de la mencionada enfermedad y que nuestros cerebros interprete de forma errónea toda la información que nuestros sentidos reciben de esta película. Dejándonos engañar como ese público español que ve en Alatriste como un buen ejemplo de cine de época, que ve en El Orfanato como una gran película de casas encantadas, que ve en las secuelas de Torrente como la mejor comedia que el país puede dar, que ve en Mentiras y Gordas o Princesas de Barrio como el mayor ejemplo de como vive la juventud en España… etc. Etc. Pues nada, buena suerte…pero que conmigo no cuenten.