«OZ, UN MUNDO DE FANTASÍA»: Entrevistamos a HOWARD BERGER

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Oz, un mundo de fantasía

Para los amantes del fantástico, el trabajo de Howard Berger no necesita presentación. Cabeza visible de KNB EFX Group junto a Greg Nicotero, su impronta en el terreno del maquillaje, las prótesis y los animatrónicos ha marcado el género en las últimas tres décadas, siendo el responsable de estas áreas en algunas de las principales películas (Terroríficamente Muertos, Scream, Vampiros de John Carpenter, Abierto hasta el Amanecer, Kill Bill, Las Crónicas de Narnia: El León, la Bruja y el Armario) y series de culto (Deadwood, Masters of Horrors, The Pacific, Breaking Bad y The Walking Dead), además de colaborar con cineastas del peso de Sam Raimi, Quentin Tarantino, Robert Rodriguez, Steven Spielberg, Frank Darabont o Michael Bay. Precisamente su relación con Sam Raimi se extiende casi hasta el principio de la carrera de ambos, siendo una figura imprescindible en la filmografía del autor de Oz, Un Mundo de Fantasía.

La siguiente entrevista se centra sobre todo en esta última colaboración, donde nos habla de la magia del cine, la importancia de crear personajes a través del maquillaje, de la combinación de las técnicas tradicionales con la infografía o su relación con el cine de terror y las películas de corte familiar. 

Gracias al maquillaje y las prótesis, tienes la capacidad de convertir a los actores en todo tipo de criaturas fantásticas, ¿te sientes como un mago en esos momentos?
Sin duda, es un de las razones por las que nos encanta este trabajo, la magia del cine. En el caso del maquillaje lo llamamos el Factor Frankenstein, por la posibilidad de crear nuevos seres con su propia personalidad. En este sentido, Oz, Un Mundo de Fantasía es un ejemplo perfecto del tipo de trabajo en el que me gusta participar, donde a través de la combinación del maquillaje y los efectos especiales conseguimos crear cosas sorprendentes que esperamos puedan maravillar al espectador.
¿Eras ya un fan de las novelas de Frank Baum antes de trabajar en esta película?

No exactamente, pero siempre he estado muy familiarizado con ellas. Desde pequeño tanto las novelas como la película de los años 30 han sido un referente que me ha acompañado y uno se siente inspirado por esa tradición. De todos modos, tengo que decir que trabajar en Oz, Un Mundo de Fantasía ha sido una gran oportunidad porque la intención de Sam Raimi no ha sido imitar las obras originales. Trabajé con Sam por primera vez en 1987 y, desde entonces, siempre ha sido un placer trabajar con él. En esta ocasión nos alejamos de los típicos monstruos de sus películas y nos tomamos alrededor de un año para lograr que el nuevo Oz fuera algo especial. Como digo, la posibilidad de volver a concebir todo ese mundo fue algo único.

La literatura, el cine, el teatro nos han dado una visión particular de la apariencia de algunos de los más populares habitantes de Oz, ¿cómo fue tu relación con esta herencia a la hora de crear un diseño original?

Fue un duro trabajo. Sam quería crear un mundo completamente nuevo. Por supuesto sabía que una parte del público ya tenía una idea preconcebida del Mundo de Oz, pero con esta película queríamos darle su propia versión a una nueva audiencia, que a lo mejor no tuviera ese componente mitificador y se pudiera relacionar de manera más directa con nuestra visión. Para ello se diseñó un universo nuevo, pero Sam buscó también mantener el respeto con todo lo anterior.

Uno de los grandes desafíos fue buscar a los actores adecuados para cada personaje y diseñar el maquillaje que iban a necesitar. Es algo que también experimenté con la primera película de Narnia, donde había que esforzarse para que los personajes, dentro de su origen fantástico, resultaran lo más verosímiles posible. Por supuesto, uno de mis personajes favoritos es la Bruja Mala y alrededor de este personaje tuvimos muchos debates. Por ejemplo, si debíamos tomar como referencia o no a Margaret Hamilton, si manteníamos el verde, pero también había que buscar la manera de que bajo ese maquillaje siguiéramos encontrando a Mila Kunis. En esto último llegamos a la conclusión de que era importante resaltar sus ojos para que el espectador pudiera identificar rasgos de la actriz.

Como digo un gran desafío.

Como ya nos has comentado llevas colaborando con Sam Raimi mucho tiempo. ¿Cómo ha sido este reencuentro en Oz, Un Mundo de Fantasía?

Ha sido fantástico. Sam es uno de mis directores favoritos de todos los tiempos. Me encanta trabajar con él. Es una persona muy generosa, muy creativo, sabe perfectamente lo que quiere, pero te da la oportunidad de encontrar tu propio camino. Te da libertad para trabajar, sabiendo que, al final, todos llegaremos al mismo punto. Escucha atentamente todas aquellas propuestas que le pones sobre la mesa y busca la manera de incorporarlas a su película, haciéndote partícipe del resultado final.

¿Hasta qué punto influyen en tu trabajo los efectos digitales y el 3D?

Es algo muy complejo. Sobre todo porque la película fue rodada en Alta Definición y es un formato muy complicado con el que trabajar, ya que lo enseña todo. El 3D y el HD no son iguales que la película tradicional. Cualquier imperfección de la imagen queda magnificada y hay que tener mucho cuidado. Por otro lado, a mi me gusta mucho el nivel que hemos alcanzado actualmente a la hora de combinar técnicas tradicionales con los efectos digitales.

Hace unos 20 años, con la llegada de las primeras películas que empleaban a fondo los efectos digitales, como Parque Jurásico, se estableció un duro enfrentamiento entre ambas, pero con el desarrollo de la tecnología hemos alcanzado una posición confortable, donde ambos se complementan a la perfección. Además, el contar con un director tan visionario como Sam te permite crear un perfecto terreno de trabajo donde poder compartir conceptos creativos.

Ahí tenemos también a grandes artistas que aportan un gran talento a la película. A mi particularmente me encanta esta relación que hemos establecido entre ambas técnicas y me siento muy cómodo trabajando codo con codo con los creativos de los efectos digitales.

Este año fuiste nominado a los Oscars por Hitchcock y anteriormente obtuviste una estatuilla por la primera película de Narnia, ¿aspiras a conseguir una nueva nominación con Oz, Un Mundo de Fantasía?

No es algo en lo que haya pensado. No lo vas planeando. Uno procura hacer su mejor trabajo y aportar cosas para que la película sea lo mejor posible y que el público las disfrute. Ese es el objetivo. Todo lo que venga a partir de ahí es bienvenido, pero no es lo que tienes en la cabeza cuando estás trabajando en la película. Cuando me nominaron por primera vez por Narnia fue toda una sorpresa y un gran honor cuando me premiaron.

Este año con Hitchcock también me sentí muy honrado. Sin duda, es algo gratificante cuando sucede, pero para mi lo verdaderamente importante es la recepción que mi trabajo tiene en el público, cómo ha reaccionado ante ese mundo de fantasía que hemos creado para Oz, cómo han conectado con los personajes, que la película haya gustado a los millones de personas que fueron a verla. Esa es la recompensa por mi trabajo. Si además, el próximo año la Academia me tiene en consideración a la hora de las nominaciones estaré muy agradecido.

Hasta ahora tu filmografía ha estado más centrada en películas de terror, ¿qué supone para ti trabajar con el tono naíf e inocente de mundos como Oz o previamente Narnia?

Tengo que confesar que encantan los mundos de Oz y Narnia. Si por mí fuera, preferiría hacer siempre trabajos así. Es cierto que en los años 80 y 90 me especialicé en un tipo de películas de terror y que me sigue gustando trabajar en ellas, pero ahora mismo me siento más cómodo con otro tipo de proyectos.

En parte esto se debe a que tengo tres hijos, ahora jóvenes adolescentes. Cuando tuve la oportunidad de hacer Narnia, ésta fue la primera película para todos los públicos que hacía y la primera que pudieron ver mis hijos, entonces más pequeños. Por otro lado, estas películas para toda la familia te permiten acceder también a un público mucho más amplio, por lo que son películas que gozan también de un mayor éxito, y al mismo tiempo te dan mucho espacio para la creatividad.

Sin duda, me encuentro muy cómodo participando en este tipo de películas y me encantaría que en el futuro me llegaran muchos más proyectos del estilo de Oz, Un Mundo de Fantasía.

Oz, Un mundo de fantasía se encuentra ya  a la venta en España en formato DVD, Blu-Ray y Blu-Ray 3D Combo

Oz, un mundo de fantasía