«OPEN WINDOWS»: Entrevista con Nacho Vigalondo

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Con el patrocinio de la nueva línea de antivirus Panda como telón de fondo, el director de Los Cronocrímenes y Extraterrestre tuvo unos momentos para charlar con TUMBAABIERTA.COM. Desde sus miedos a ser víctima del cibercrimen hasta los casos reales que inspiraron este guión, Nacho Vigalondo repasó con nosotros los pormenores de esta producción centrada en la obsesión por observar y los problemas de ser observado.

Al preguntarle por el estado del proyecto, del que hace tan solo unos días pudimos ver un primer teaser, el cineasta comenta:  «la película va a durar unos 90 minutos, creo que el total de vídeo en pantalla –ahora mismo– es de ocho horas. Es una película comprimida, en cierta manera son varias películas en una. Y esto crea mucho reto, que la propia película fluya durante esos 90 minutos sin que la información sea apabullante o sin que en ningún momento creemos una confusión porque el espectador no sepa hacia dónde mirar.«

Si en su opera prima nos deleitó con un puzzle narrativo, aquí parece haberse decantado por el rompecabezas visual. «Durante toda la película no hay un solo corte. Nos movemos de una ventana a otra pero no hay un corte, no hay una elipsis; es casi una corriente que fluye sin parar. Lo que también nos obliga a hacer una película que sea muy dinámica y muy divertida, que es lo que intentamos. Es un reto tras otro.«

Siendo una historia que se narra desde la pantalla de un ordenador, son muchas las licencias que necesariamente han de tomarse para no aburrir a la platea con las desventajas propias de la tecnología del momento. «Hay un término que me gusta mucho utilizar que es el de que la película transcurre cinco minutos en el futuro. Sin que sea la película futurista sí que te da una carta blanca para imaginar una tecnología que lo haga todo más dinámico en pantalla. Cuando haces una película todo tiene que ser cinético, todo tiene que ser visual. Todo tiene que ser disfrutable incluso para las personas que no sepan lo que es un sistema operativo. Por ello la mecánica está muy fantaseada, por el salto de lógica necesario para que la película sea disfrutable a un nivel muy básico. Pero sí, todo lo que sucede tiene un poso real.«

Son ya incontables los casos de ciberdelincuencia que podemos encontrar, centrados únicamente en la vulneración de la intimidad o el robo de identidad. Este mal de nuestros días fue lo que inspiró al cineasta para gestar esta historia. «La inspiración ha venido de casos que han saltado a la prensa acerca de gente que ha utilizado la capacidad para acceder a otras personas vía webcam para extorsionarla. Todos tenemos en mente casos de robos de fotografías o difusión de material íntimo que han tenido una gran repercusión en la vida pública, llegando a los titulares. Me he inspirado en casos muy populares que incluso iban surgiendo a medida que íbamos desarrollando la película