La saga de Destino Final no pasará a la historia del séptimo arte por su alta calidad cinematográfica. Precisamente, gran parte de su encanto es su falta de aspiraciones, su carácter modesto, pero entretenido. Dejemos para el sofá del psicólogo por qué el ser humano encuentra tan atractivo y entretenido el morbo de ver muertes grotescas en la gran pantalla, pero lo cierto es que el gran secreto de esta franquicia no está tanto en grandes guiones o espléndidos personajes, sino en el efecto dominó que acaba desembocando en accidentes más alambicados y grotescos del cine.

EL SENTIDO DEL HUMOR DE LA MUERTE

Entre 2002 y 2011, durante cinco entregas, la franquicia se dedicó a diseñar las muertes más espectaculares (especialmente en las llamativas secuencias iniciales), siempre con un fondo de humor negro en la mezcla. El espectador entraba en la sala y sabía que ese conjunto coral de personajes iba a morir de manera rocambolesca como producto de un efecto dominó de lo más desquiciado. La estupidez congénita de los personajes, expuestos a situaciones de peligro por descuidos tontos o el atrevimiento de ponerse en situaciones de peligro de forma absurda formaba parte de esa parte de comedia de las películas.

Ya que las cartas estaban echadas y para ellos no había posibilidad de salvación, ya que no se esperaba que el espectador sintiera pena por sus truculentas muertes, qué mejor que hacer que éstas fueran merecidas y llevar a la audiencia a celebrar las situaciones más sádicas.

RESURRECCIÓN

Como muchas sagas prolíficas en corto espacio de tiempo, las películas de Destino Final entraron en un cierto desgaste por agotamiento. Las escenas de muerte seguían siendo muy elaboradas, pero los acontecimientos que llevaban a ellas y los propios personajes cada vez importaban menos. Todos dábamos la franquicia por clausurada, una franquicia de terror intrascendente, pero divertida, que había tenido su momento, pero que había llegado a su muerte natural. Esto no quitaba que algunas de las secuencias icónicas de la saga perduraran en el subconsciente colectivo, o que el propio concepto de las películas ya formase parte del discurso habitual, donde, ante situaciones cotidianas, ya podíamos imaginar el resultado si nuestras vidas fueran una película de Destino Final.

El regreso de la franquicia, 14 años más tarde, puede parecer una operación mercantilista, como tantas otras del cine moderno, para sacar rédito nostálgico a un producto de éxito moderado, y no podemos negar que así sea; sin embargo, vista la película, nos congratula saber que no se trata de un intento vacío, sino que estamos ante una película que amplía la mitología de la saga.

Destino Final. Lazos de sangre
Destino Final. Lazos de sangre

VARIANTE Y REPETICIÓN

Aquellos que conocen la saga y se acerquen a la película, van a encontrar aquello que buscan, una secuencia inicial extensa y espectacular y una sucesión de set pieces con imaginativos escenarios que conducen a la muerte desproporcionada de alguno de los personajes. Sin embargo, hay pequeñas variaciones de guion que hacen que esta sexta entrega resulte una incorporación original al conjunto.

El primer elemento llamativo es que la secuencia inicial, la que desencadenará todo el plan de La Muerte, no tiene lugar en el presente, sino en 1968. Los personajes principales no van a ser los supervivientes del accidente escenificado como arranque de la película, sino que, en un giro novedoso en la saga, se trata de los herederos de la mujer que tuvo la visión, hijos y nietos de ella que no hubiesen existido si no se hubiese burlado los planes de La Muerte. Es cierto que las cosas que cambian, lo hacen para que todo siga igual. La dinámica de la película va a mantener la tradición de las entregas anteriores, pero con ese añadido argumental, que nos permitirá, entre otras cosas, conocer el origen de un personaje icónico de la franquicia.

EL JUEGO DE LA MUERTE

Dentro de los parámetros de la franquicia, Destino Final. Lazos de Sangre no sólo supone una revitalización de una saga que parecía agotada, sino que, en nuestra opinión, se trata de una de las mejores películas de la serie. La secuencia inicial es verdaderamente espectacular (curiosamente, emparentada con otro estreno reciente, La Cita), desde ya una de nuestras favoritas de las seis que conforman la franquicia. La película cuenta también con un par de set pieces marca de la casa y altamente recomendables, como toda la secuencia en el hospital, el salón de tatuajes (ya exhibida en el tráiler inicial) o el picnic.

Más allá del entretenimiento principal que suponen las muertes de los personajes, la cinta cuenta con algún giro de guion inesperado que permite a los guionista y los directores jugar con las expectativas del espectador.

El trabajo de Zach Lipovsky y Adam B. Stein tras la cámara es correcto y solvente, por encima de la media de la saga, con secuencias muy bien resueltas, aunque en algún caso la saturación de CGI afecte al conjunto final. Del reparto principal nos parece destacable muy por encima del resto del cast Brec Bassinger, en su rol de 1968, y Richard Harmon, como el más irreverente de los personajes de esta sexta entrega.

Kaitlyn Santa Juana, como intérprete del personaje protagonista, cumple con corrección, pero se ve condicionada por las limitaciones de su personaje. Por supuesto, mención aparte merece Tony Todd, quien vuelve a repetir cameo en la serie, pero en esta ocasión con carácter de despedida, ya que el actor murió en 2024 víctima de un cáncer que ya resultaba evidente cuando rodó sus escenas. No sólo la calidad interpretativa de Todd es superior al resto del elenco, sus frases vienen acompañadas de un hálito de fatídica premonición que las hacen aún más demoledoras en la película.

DESTINO FINAL

Destino Final. Lazos de Sangre es consciente de jugar en la misma liga que sus predecesoras y no pretende ir más allá del entretenimiento culpable que ya suponían la cinco entregas anteriores. Dentro de estas fronteras, sí hay que decir que es una película de factura más que competente, y que eleva el listón de calidad con respecto a muchos de los títulos previos, mejorando las principales aciertos de la saga y aportando pequeñas píldoras de originalidad que la distancian de sus hermanas y resultan refrescantes para el espectador ya conocedor de la franquicia.