Anoche fui a ver a The Adicts, en la sala Caracol, y aunque ya esperaba un buen concierto superó con creces mis espectativas. Su entrada en escena es genial: con las luces apagadas empieza a sonar la bso de "La Naranja Mecánica", y luego empiezan a tocar "El himno de la alegría" a la vez que se van descorriendo las cortinas del escenario. Todos atrezados de "drugos", el violinista en medio, van tocando cada vez más rápido, hasta que aparece el cantante disfrazado de sombrerero loco y comienza a tirar naipes al público.
Para estar ya mayorcitos (fueron todos los miembros originales) dieron mucha caña, el concierto fue una fiesta de principio a fin, serpentinas volando por la sala, explosiones de confetti y balones de playa de distintos tamaños revoloteando por la sala (si no había 20 balones no había ninguno) en el último tema (2º bis), que volvían a enlazar con "El himno de la alegría"... un concierto de lo más divertido
Lo único malo fue tener que aguantar a los teloneros costrosos, menos mal que no tocaron ni siquiera una hora
