Los Foros de TumbaAbierta.com. El portal del Entertenimiento en el género fantástico

Dos razones me motivaron a abrir este hilo:
-Falta poco para que me gradue y tenga que trabajar , ¿se imaginan a una laburante de+ oficina, con el tiempo comido por el laburo (jornadas de 8:00 a 6:00 con apenas 1 hora para ir al baño! ) , pudiendo tener tiempo e imaginación para ser fan de algo (que no sea terminar el proyecto de laburo o llegar a fin de mes ). Cuando creces, tu gusto por lo ficticio y fantástico se ve drásticamente reducido, si señor (sobre todo en una zona donde todavía no esta muy interiorizado el trabajar de algo relacionado con los comics o con el anime -a diferencia de Estados Unidos o Japón)
-Tiene sentido, a estas alturas, decir que seré fan de Batman o superman , creo que el tren ya paso...

Todo depende de lo pronto que quieras volverte un ser triste y gris...

No existe edad, existe el ansia de imaginar mundo imposibles, por encima del nuestro

En mi experiencia, y viendo la de bastantes amigos y conocidos de mi edad, la vida de un friki pasa por tres fases (estoy en los 35, ya veremos cuantas fases más he de descubrir aún).

1ª Fase - Descubrimiento:

Suele tener lugar entre los 10 y 13 años. Descubres algún hobby "extraño" que te gusta y empiezas a introducirlo en tu vida de un modo obsesivo-compulsivo. Comics, rol, manga, figuras de acción, coleccionismo de chapas de cocacola, etc.

Lo haces de un modo natural y amateur, e intentas aficionar tus amigos de siempre a tu nueva inquitud. Los grupos de amiguetes pasan pues por modas cíclicas, en la que la nueva afición de uno empieza a ser la del grupo.

2ª Fase - Negación:

Se da entre los 17 y 25 años. Entra algún elemento nuevo en tu vida que te distrae de tu afición por que cumple con dos requisitos 1) es novedoso y 2) requiere de gran parte de tu tiempo. Llámese novia, trabajo, estudios universitarios complicados, etc.

Por otra parte, con el paso de la preadolescencia a la iniciación de la madurez nos sentimos inseguros, y tendemos a tener un cierto rechazo a todo lo que nos recuerda a la infancia, y solemos adoptar comportamientos esterotipados de los adultos, como el fumar, beber alcohol, usar ropa más formal, nuevos gustos musicales, etc.

Si además contamos con algún elemento de presión externo (novia, padres o amigos) que nos indican constantemente que nuestra afición es una chorrada y que perdemos mucho tiempo y dinero en ella, en lugar de invertirlo en lo importante (llevarla al cine, estudiar más o ir de botellón, según el lobby al que pertenezca el elemento en cuestión), el abandono de nuestro rol friki sucede más deprisa.

3ª Fase - Regresión:

Entre los 30 y los 35, suceden varias cosas que te hacen volver a retomar tu lado friki.

Por un lado, tu reafirmación en la madurez ya no tiene sentido cuando tienen 35 años. Al contrario, empezamos a querer ser más jóvenes otra vez, y volvemos a utilizar ropas informales y nos apuntamos a un gimnasio para recuperar nuestro aspecto lozano.

Además, el elemento "revival" adquiere cierta importancia. Las cosas que te gustaban antes, empiezan a molar de nuevo, porque las recuerdas con cariño, rememorando sólo las cosas buenas del pasado, que además te acercan a ese yo pasado en el que todo era mejor (no había hipotecas, ni niños que lloren por las noches, ni jefes hijoputas que que maltratan, etc) y más sencillo.

Encima el marketing que me rodea en televisión, radio y prensa, empieza a utilizar contra mi esas armas de la añoranza, ya que ahora me he convertido en su publico objetivo, el que compra sus productos. Empezarán a ofrecerme ropa vintage, recopilaciones de música de los 80', remakes de películas de mi adolescencia, Sabrina retomando su carrera musical, y productos en general (bebidas, coches, etc) que intentan llevarme al pasado (para muestra un par de botones en los vídeos de más abajo).

No olvidemos además que ahora tengo pasta porque trabajo (un trabajo de verdad, no repartiendo propaganda o en pizza world), sino de 9 a 14 y de 16 a 19 en una oficina siniestra que me paga a través del banco, no el encargado sacandose unos billetes del bolsillo. Tengo hasta Visa y American Express. Soy el sueño del gordo de La Mazmorra del Androide, porque el comic nº167 de Superman en el que se le ve la picha a Clark Kent y que cuesta 80 euros, o una carta de Magic superpoderosa que vale 125 pavos ya no me parecen caros, y los puedo comprar.

Un treintañero con pasta y con añoranza de su infancia es carne de frikismo. Y no sólo eso, los treitañeros (camino de convertirse en cuarentones) de mi generación, padecemos en gran medida el , y seguimos aferrados a la Playstation (pero ahora a la Play 3, que es más cara y mola más), y nos compramos todos los juguetitos que nos salen de las pelotas; iPad, iPod, iPhone, iMac, iPlay, iPan, iPun y todo lo que Apple nos ofrezca y empiece por i. Alguien dijo alguna vez que la diferencia entre niños y hombres, era el precio de sus juguetes.

¿Que pasará cuando pasemos la cuerentena?. Sabe Dios. Aun no hay bastantes frikis en el tramo de los 40-50 como para poder realizar un estudio. Por lo que puedo deducir, creo que se darán varias cosas.

A pesar de que el dinero no es un problema, el tiempo empieza a serlo. Nuevas responsabilidades como la paternidad, la presidencia de la comunidad de vecinos, el trabajo fuera de horas de oficina que suele acompañar a los ascensos y otros muchos, te impedirán dedicarle el tiempo que necesitas a tu afición para poder disfrutarla adecuadamente.

Cuando seamos un poco más viejos, volverá a darnos un poco de verguenza ciertas prácticas juveniles, e intentar regresar a la adolescencia empieza a ser patético. Abueletes de 50 vestidos de Dolce y Gabana lanzando miradas lascivas a las veinteañeras en las discos, tipos de 40 jugando a muñequitos de Warhammer 40k con niños de 10 en una tienda Games Workshop mientras el padre del susudicho te mira como si fueras pedófilo, abueletes con Mercedes deportivos ultimo modelo, calvorotas barrigones con camisetas de StarTrek a punto de reventar, Algunos, aborchornados por la sociedad, abandonaran el pasado indefectiblemente y asumiran su nueva condición de señores mayores.

El que resista la presión, intentará "enmascarar" su afición bajo la apariencia de algo respetable ante la gente:

- Abro una tienda de comics: No es un hobby, es un negocio.
- Me convierto en entendido en arte: No compro dibujos de tias en pelotas de Luis Royo, adquiero obras de arte de un reconocido ilustrador.
- Me paso al coleccionismo: No gasto dinero en comics, realizo inversiones en el mercado secundario. Mira las cotizaciones de los ultimos diez años...
- Compravendo en internet: Lo de las cartas de Magic no es una afición, es una fuente de ingresos secundaria.

Soy de los que piensan que los comics no tienen fecha de caducidad.
Y te lo dice alguien que lleva muuuuuucho leyéndolos

Gregtork lo ha expuesto con maestria, no hay mucho más que añadir. salvo que yo en lugar de fase de negacion pasé por la de selectivismo forzoso (no tenia ni un duro y era elegir entre comics y demás o emborracharme y resto de vicios adolescentes, pero nunca dejé de fascinarme y coleccionar ciertas cosas) y que yo de juguetitos tecnologicos que empiezan por i no soy en absoluto, pero eso ya va en gustos.

Tu edad y condición no la dicta tu carnet, sino tu mente y espiritu.

Cierto,si te gusta algo desde que eres un crio, nunca debes dejar que lo guardes, porque forma parte de ti, ademas siempre es bonito mostrar a los hijos/as lo que a ti te gustaba cuando tenias su edad.

Si hay que ilustrar este asunto con un ejemplo... aqui nos tiene.

En cuanto se deja de ser fan de algo o de tener pasiones te conviertes en lo que ha dicho Er_gore; un ser triste y gris. Alguien "tipico" y aburrido sin nada en que pensar salvo en las clásicas gilipolleces. Carne de tontódromo, que es como mis colegas y yo nos referimos al espacio habilitado para hacer botellón

Me parece un poco radical esa postura. No se trata de dejar de tener pasiones, sino de que tus prioridades cambian. Yo no sé hasta cuando seguiré con mis "frikeces". Supongo que hasta que sean incompatibles con las cosas verdaderamente importantes. Pero desde luego no me consideraré un tipo gris e insulso por dejar de coleccionar cartas de Magic firmadas por Pete Venters (que a dia de hoy lo hago, ) si me restan tiempo y dinero para otras cosas. Mientras no lo hagan, pues bienvenida sea la compatibilidad y la diversificación.

Pero vamos, no se dejan de raiz. Es un largo proceso de pequeños abandonos. En mi caso, lo más friki que tengo son las cartas de Magic, y llevo años abandonándolas. Primero dejas de comprar cartas a granel, luego abandonas el juego competitivo, despues dejas los formatos caros, más tarde juegas solo casual en presentaciones de nuevas ediciones, luego de vez en cuando, luego no juegas pero coleccionas... Así llevo desde el 2003.

Muchas gracias a todos, pesen que se enojarían, sobre todo a Greg, que hizo esa descripción tan buena.
Ahora, una pregunta, yo fisicamente estoy en la etapa de andar colgando las pasiones, pero mentalmente, apenas las estoy descubriendo, que hago?
Y no es para ofender, pero honestamente, no se que imaginación y fantasía pueda tener un oficinista o una ama de casa, como que no sea terminar el proyecto o ir a hacer las compras, cuando creces esas cualidades se van perdiendo en pos de transformarse en alguien útil a la sociedad, solo los artistas se salvan (y yo no tengo madera de artista!)

Sloth, no te encasilles en lo que deberías ser, y sé lo que te guste, independientemente de tu edad o profesión.

Excelente reflexión sobre el tema. Os la recomiendo a todos:

http://www.untebeoconotronombre.com/arc ... durar.html

Quizas el problema es tomar el tema como algo con un principio y un fin. Normalmente la gente evoluciona (unos mas que otros), y los gustos van cambiando.

Tal y como lo estamos comentando, parece que todo lo "freak" va en un paquete, y lo tomas o lo dejas. No es así. La clave es que siempre vayas sustituyendo unos gustos por otros, y si tienes que prescindir de algunas de esas pasiones, que sea porque hay otras que ocupen su lugar.

Bastante tenemos con ocupar una gran parte de nuestro tiempo trabajando como para encima acabar siendo un ser triste y gris por voluntad propia.