Muere Steve Jobs, fundador de Apple

[Mr. Nomak]

Pues no conocía la historia con tanto detalle. Es bueno saberlo, cambia la perspectiva.
En cuanto a la fiabilidad, pues no sé, ya digo que yo no he pasado del Ipod, pero todos mis conocidos usuarios de Apple, provinientes del PC, hablan maravillas de ellos. Será cuestión de probar.

Respecto al Feisbuk, me parece uno de los mayores mierdones del mundo, pero sobretodo por el uso que se le da y lo peligroso que resulta en cuanto a privacidad. Como tú dices, no porque para acceder al mismo se use un smartphone éste es el culpable. De hecho un teléfono con las prestaciones que traen hoy en día, puede resultar sumamente útil, según el uso que se le de. Pero claro, tenemos al consumidor medio que quiere el último teléfono a la moda, aunque no tenga ni idea de lo qué puede llegar a hacer, por snobismo puro y duro, o aún sabiéndolo, no lo explota entre otras cosas porque ni tiene la necesidad (hay gente que sólo necesita el móvil para llamar, y ni se entera).

[ElPutoAmo]

[Mr. Nomak]

Yo no he tenido ocasión de verlos colgarse, y de hecho cuando los he usado era tan inexperto con su interfaz que poco podía comprobar. Sin embargo como comenté, los amiguetes usuarios del mismo juran y perjuran que funciona mucho mejor que el Windows... No sé, yo tuve mis inicios con el Spectrum, y de ahí salté al Amiga, que eso sí que era tecnología en su momento, con lo cual el interfaz gráfico de los PC no me sorprendió en absoluto... Cómo dije sería cuestión de probar, pero si encuentro un sistema que no se cuelgue con tanta facilidad, y que encima ahorre espacio y resulte estético, pues como que sí me lo pensaría. En fin, como no soy informático ni experto, tan sólo puedo opinar como usuario, pero como también disfruto a base de bien del ITunes y del Ipod, pues tienen un voto de confianza por mi parte. Eso sí, ya tengo clarísimo que el señor Jobs (RIP) no era más que un genial orador motivacional y perfeccionista en cuanto a la estética, pues todo lo que viene de Apple no es obra suya, ni siquiera su primera computadora, ya que su aportación al respecto fue la extrema exigencia (que ojo, también es un arte tener buen gusto, y él lo tenía), y la exigida funcionalidad que exigía pero no realizaba personalmente.