«OZ, UN MUNDO DE FANTASÍA»: Entrevistamos a SCOTT STOKDYK

1993
Oz Un mundo de fantasía

El Quinto Elemento, Titanic, Starship Troopers, o la trilogía de Spider-Man, son sólo algunos de los avales con los que cuenta Scott Stokdik, supervisor de efectos visuales de Oz, Un Mundo de Fantasía.

Hasta ahora su carrera le ha reportado, entre otros premios, dos nominaciones a los Oscars (por El Hombre Sin Sombra y la primera entrega de Spider-Man) y una estatuilla (por Spider-Man 2), pero también el beneficio de haber trabajado con cineastas de peso como James Cameron, Paul Verhoeven o Sam Raimi. En nuestra entrevista nos hemos centrado en el proceso de creación de los efectos visuales de Oz, Un Mundo de Fantasía, hablando sobre el legado de la obra de Frank Baum, la creación de un estilo distintivo para la película, las diferencias de partir de un entorno real a trabajar directamente sobre pura fantasía o la integración del 3D en los efectos visuales.

En nuestra entrevista al ilusionista Lance Burton, nos comentaba que para él lo que hace el equipo de efectos especiales es algo mágico. ¿Se siente usted un ilusionista cuando crea mundos fantásticos como el de Oz?

Por supuesto, desde nuestra perspectiva el mayor desafío es siempre intentar sorprender y engañar al ojo del espectador, de manera que no sepa distinguir lo que es real y lo que es ficción. Hay secuencias en las que uno verdaderamente se siente como un mago realizando un acto de ilusionismo. Desde luego, cuando tenga la oportunidad de volver a ver a Lance le daré las gracias por ese comentario.

¿Era ya fan de los libros de Frak Baum y la película original?

Casualmente, yo nací en Kansas. Por supuesto, siendo de allí, es normal que esta historia te haya influido en tu vida. No sé ahora exactamente cuantos libros de Frank Baum había leído antes de hacer la película.

Creo que sí había llegado a leer las 15 novelas, pero desde luego, cuando me asignaron este trabajo, enseguida regresé a las obras literarias y me las revisé en busca de referencias para desarrollar mi trabajo.

Oz Un mundo de fantasía

¿Qué es más complicado para usted, mantener ese toque retro coherente con la cinta de 1939 y las novelas o introducir los aspectos novedosos que podemos ver en la película de Sam Raimi?

Bueno, realmente la directriz que nos dieron fue que no nos basáramos directamente en la cinta de 1939, sino que nos concentráramos en las novelas originales y, a partir de ellas, intentar llevar a cabo una creación original. En las obras de Frank Baum podemos encontrar muchísimas referencias y un vasto catálogo de mundos fantásticos que eran suficiente inspiración para desarrollar nuestra propia visión de Oz.

Uno de los puntos que interesaban a Sam Raimi y al diseñador de producción Robert Stromberg era coger referencias de movimientos artísticos como el Art Decó a la hora de diseñar ese mundo sofisticado de la Ciudad Esmeralda.

También se tomó como referencia el aportar al conjunto una visión más femenina en referencia a los tres personajes de las brujas que gobiernan ambos territorios. En cualquier caso, el proceso básico fue generar un Mundo de Oz distinto al que el espectador ya conocía.

Usted previamente ya contaba con una estrecha relación profesional con Sam Raimi, ¿qué tal ha sido la reunión en “Oz, un Mundo de Fantasía”?

Fantástica, Sam es un director muy colaborador y al que le gusta que aportes tus propias ideas. Eso genera en el equipo una sensación de confianza. Yo había tenido la oportunidad de trabajar en las tres películas de Spider-Man, y allí el proceso era muy diferente, ya que la acción se desarrollaba básicamente en Nueva York y eso determinó muchas de las decisiones que se tomaron y las directrices que nos dieron al departamento artístico y al equipo de efectos especiales.

Para Oz, Un Mundo de Fantasía el tipo de discusión que se estableció fue muy diferente.

Precisamente las películas de Spider-Man combinaban fantasía con un entorno realista, al estar la acción localizada en Nueva York. ¿Qué es más complejo, constreñirse a unas referencias reales o tener que construir todo un mundo imaginario desde cero?

Es más difícil crear un mundo enteramente imaginario, porque conlleva un mayor número de decisiones de diseño. En el caso de Spider-Man, teníamos como punto de partida el plan urbanístico de la ciudad y lo que había que calibrar eran aspectos concretos como la anchura de las calles, la posición de las farolas o los semáforos.

Se podían tomar algunas libertades por cuestiones artísticas, pero el reto era básicamente captar la esencia de Nueva York. En Oz todo había que crearlo desde la nada y cada pequeño detalle conllevaba muchas decisiones artísticas y reuniones.

¿Cómo afectó la introducción del 3D en la creación de los efectos especiales?

Ha sido un proceso muy interesante, sobre todo en lo que concierne a ir esculpiendo la profundidad de la escena. Empleamos programas específicos de animación para dar volumen a los objetos y personajes en la imagen y fue todo un proceso laborioso a la hora de ir añadiendo capas y capas de elementos, los paisajes nevados, las nubes, detalles que ayudaran también a generar una atmósfera para la película.

Por ejemplo uno de los aspectos que más tuvimos que cuidar fue la secuencia del holograma. Ahí tuvimos que llevar a cabo un trabajo más complejo, esculpiendo todos los componentes de la escena y dándoles el volumen adecuado.

¿Qué le parece el anuncio de la Disney de preparar la secuela tras el éxito de la película?

Cuando trabajas en una película original te esfuerzas en crear algo diferente y con su propia identidad. El reto está en conseguir que la cinta tenga su propio imaginario.

Trabajar en Oz, un Mundo de Fantasía ha sido algo maravilloso y una magnífica experiencia personal por eso, pero también me encantaría poder trabajar en una segunda parte, con la que poder seguir desarrollando todo lo que hemos creado para esta aventura y además seguir ahondando en ese universo fantástico.